La vida es impredecible. A veces, el universo te lanza una bola curva y te lleva por un camino inexplorado. A mí me pasó casi lo mismo recientemente y es por eso que mi objetivo, de ver tanta televisión en 2021 como sea posible, se ha estancado. Pero a veces el camino inexplorado llena tu mundo con delicias que nunca hubieras imaginado. Ahora lo sé, y nadie lo sabe mejor que Adachi, la virgen tímida y autosuficiente de Cherry Magic de Japón .
Este frágil corazón mío necesitaba algo suave y húmedo después de I Told Sunset About You (encuentra nuestra reseña aquí ) y Cherry Magic parecía perfecto. Era todo lo que necesitaba y más.
Vírgenes mágicas
Para alguien que se ha alejado del género fantástico en los últimos tiempos, he llegado a amar el realismo mágico. Adachi convertirse en un lector de mentes a través del contacto físico porque es virgen a los 30 es un giro bienvenido a varios tropos. Es un mérito de la serie en sí misma que nunca se puso énfasis en el aspecto ‘virgen’, solo en la magia que proviene de no ‘reventar su cereza’.
A menudo, en la ficción, la verdad radica en lo que no se dice. Un escritor se esforzará por transmitir lo no dicho, por sostener una luz contra el subtexto y revelar lo que los personajes realmente quieren decir. Es refrescante, por decir lo menos, que el dispositivo de la trama de escuchar los pensamientos de los demás se preste a ir directamente al grano.
Es tan tierno
Mentiría si dijera que ver BL no me da una sensación de gratificación sexual, si no una experiencia indirecta que solo vivirá en sueños. Cherry Magic es la antítesis de esa experiencia, con una exuberancia que está cubierta de miradas anhelantes, la sonrisa de Keita Machida como Kurosawa y la expresión de ojos saltones de Eiji Akaso como Adachi; la historia principal comenzó con Adachi en el ascensor, escuchando a Kurosawa hablar lírico sobre él, y termina con su beso en el ascensor, aunque oculto para nosotros.
Eso es crecimiento
Kurosawa abrió los ojos de Adachi a los frutos de un mundo en constante cambio, empujándolo a darse cuenta de que era digno de una existencia fuera de la mundanidad a la que se había resignado. Su amor al final es para sí mismo, al querer desviarse de su propio camino trillado y seguir adelante, más fuerte, más seguro. Kurosawa es un perfecto caballero, un ideal que todos deseamos pero que de alguna manera nos quedamos cortos. Los hombres siempre son mejores en la ficción.
Y piense en los personajes secundarios, Minato y Tsuge, el último de los cuales me molestó muchísimo a lo largo de toda la serie con su personalidad teatral y dominante, pero se suavizó una vez que, eh, perdió su ‘magia’. Minato era un amor y se merece todo lo bueno en este mundo.
Es un reloj rápido pero deja huella. No hay nada como una serie BL sana con un conflicto menor para recordarle a este escritor que cada día del calendario tiene un encanto que encontrar. Cherry Magic demuestra cuánto mejor sería la vida si todos, a nuestra manera, comenzáramos a decir lo que queremos decir y lo que decimos en serio. No necesitamos magia para leer la mente, solo necesitamos que aquellos a quienes amamos sepan cuánto los amamos.
